Nuevas amenazas se ciernen cada día sobre nuestro trabajo y nuestras posibilidades de ganarnos la vida. ¿Cuáles son las tendencias que debemos conocer para encontrar trabajo?, ¿de qué herramientas disponemos para responder a esas amenazas las personas de a pie?.
Tendencias clave en el mercado de trabajo: escasez de empleos y celeridad de los cambios.
La globalización, la tecnología y la economía del conocimiento están cambiando el modo en que trabajamos. Más allá de la automatización, la virtualización del trabajo y las nuevas relaciones entre trabajadores y organizaciones, me parece que la principal característica del mercado de trabajo en la que fijarnos como individuos es la
creciente escasez de empleos aliñada con frecuentes cambios en los sectores que los generan, en los puestos que se demandan y en las competencias que se exigen.
La presión por la competitividad que soportan las organizaciones se traduce, entre otras cosas, en nuevos modelos de negocio e innovadoras formas de gestión, como el lean management, que terminan reduciendo los puestos de trabajo ofertados y/o transformando las condiciones de trabajo de los mismos, exigiendo a su personal gran flexibilidad, efectividad e incluso polivalencia.
En este entorno, es evidente que las trayectorias profesionales serán completamente distintas a las tradicionales. Lo común será (ya es para muchos) experimentar una sucesión de trabajos, incluso en diferentes sectores, algunos por tiempo parcial o por proyectos, alternados con periodos de tiempo en que quizá no encontremos un trabajo remunerado y debamos dedicarnos a formarnos y mantenernos competitivos.
Esta realidad plantea problemas socioeconómicos sobre los que las instituciones y los expertos ya están trabajando y debatiendo. Entre tanto, ¿Qué podemos hacer como individuos?
Consecuencias personales de las tendencias
El panorama descrito, aunque de manera sucinta, permite vislumbrar que estos cambios repercutirán en nuestro estilo de vida en general y el modo en que nos enfrentamos al aspecto profesional del mismo en particular.
Básicamente, se trata de un cambio de paradigma ampliamente anunciado desde los años 90, que nos enfrenta a nuestra propia responsabilidad individual, como señala Tom Peters, y nos exige una cambio de mentalidad: tomar el control de nuestras vidas profesionales y personales de un modo consciente, con el objeto de poder mantenernos como miembros productivos de la sociedad.
En definitiva, en este entorno cambiante y lleno de incertidumbre, donde se multiplica la competencia y saltan por los aires todo tipo de patrones, las personas tenemos un enorme desafío: saber autogestionarnos.
Necesitamos dedicar tiempo y esfuerzos a cultivar nuestras habilidades de autoliderazgo (self management) o, en palabras de Peter Drucker, a “dar forma y dirigir su propio trabajo, su aporte, su carrera”.
Las herramientas para la supervivencia: 4 pasos para liderar la vida profesional y personal
Recuerdo que hace unos 10 años, en los primeros talleres que impartía, incluía siempre una diapositiva con la famosa frase del poeta Valery “El futuro ya no es lo que era” y explicaba este nuevo paradigma. A mí me parecía evidente – ya lo esta
ba experimentando personalmente y en mi entorno más cercano-, y me esforzaba en transmitir ese sentido de urgencia que yo tenía, preocupada por el modo de sobrevivir en un medio tan hostil.
Aún siento esa urgencia, y por eso trabajo en el ámbito del crecimiento personal y profesional, divulgando la necesidad de autogestionarnos, de dirigir nuestras vidas con unas estrategias conscientes y deliberadas, y ayudando a entrenar las habilidades necesarias, desde una mentalidad proactiva.
Entonces, ¿Qué podemos hacer para enfrentar este desafío? Te propongo 4 pasos básicos que aglutinan las herramientas esenciales para responder a los retos personales y profesionales, tomando el control de tu vida.
Autoconocimiento
La gestión de uno mismo exige, en primer lugar, un trabajo previo de autoconocimiento.
Un alto en el camino para identificar tus fortalezas y debilidades, descubrir habilidades ocultas que todos tenemos y, sobre todo, definir con claridad los valores que han de regir tu vida y tus decisiones.
VALORES BRÚJULA
Ante un futuro incierto, que te obligará a cambiar a menudo el rumbo, es más necesario que nunca contar con una brújula que te guie en la buena dirección, y esa brújula son los valores personales. Merece la pena detenerse a reflexionar sobre los tuyos, antes de decidir qué hacer con tu vida.
METAS CLARAS
Hecho esto, y con la mirada atenta al mercado y sus tendencias, lo siguiente es establecer unas metas claras para tu vida personal y profesional y definir un plan de acción para conseguirlas que, por supuesto, no será inamovible, pues habrá que adaptarlo a los cambios externos y a la situación vital de cada momento.
PLAN DE ACCIÓN
Un plan de acción efectivo para sobrevivir en el nuevo mercado de trabajo debería incluir, al menos, los siguientes aspectos:
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La creación de una identidad profesional bien definida, que transmita un mensaje claro respecto de tus valores y de lo que eres capaz de aportar con tu trabajo.
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El entrenamiento de habilidades blandas, que ayudan a distinguirte de los demás, a ser más efectivo en el trabajo y a preservar tu bienestar personal.
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La creación de una red de contactos profesionales que te sirva de apoyo
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El aprendizaje continuo o longlife learning, que asegure la adquisición de nuevas competencias y evite que te quedes obsoleto.
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El cuidado de uno mismo. Llevar a cabo tu plan de acción exigirá un gran esfuerzo físico y mental. Cuidar de tu energía física, mental, emocional y espiritual es una cuestión de supervivencia.
conclusiones
La respuesta a los retos personales y profesionales que se nos presentan pasa por aprender a autogestionarnos, es decir, ponernos al frente de nuestras vidas, asumir nuestra responsabilidad y tomar decisiones conscientes.
Urge un cambio de mentalidad porque el nuevo modelo de trabajo pone en el centro a las personas y su iniciativa individual, en lo que se ha dado en llamar una “economía emprendedora”. Esto significa que
Cada vez más, dependemos de nosotros mismos
En este contexto, conocerse a sí mismo, contar con valores sólidos, crearse una marca personal, practicar el networking, entrenar las soft skills o habilidades blandas e invertir en uno mismo son estrategias más que acertadas para salir adelante.